Sin duda esta ha sido la semana de la Plataforma de Afectados
por la Hipoteca, pensaba hablar del culebrón de nuestra localidad y el informe
de la sindicatura de cuentas, pero a veces hay que felicitarse por noticias y
sin caer en el triunfalismo, esta semana nos ha traído una gran victoria
popular.
Victoria popular que nace en la calle en la movilización de los
vecinos, de la gente que le echa corazón y sentido común ante una situación que
clama al cielo. Todos vemos como se está rescatando al sector financiero para
evitar el colapso. Pero desde nuestras instituciones nadie rescata a las
personas para evitar el drama social. Gente sin casa y casas sin gente, una
frase que resume el sin sentido que ha dejado tras de sí la burbuja
inmobiliaria. Y en medio de todo este caos, donde prima el sálvese quien pueda,
nace la PAH hace ya cuatro años.
Nace para ayudar a personas y denunciar lo que todos hemos
visto: el abuso de la banca y la locura de la burbuja inmobiliaria, pero no
para centrarse en números o cifras, sino para demostrar que detrás de esos
datos fríos hay historias, hay rostros, hay personas. Nace así la política en
sentido estricto, entendiendo esta forma de hacer política de forma radical,
centrándose en ayudar a los ciudadanos, a la sociedad en la que uno vive.
La política entendida en sentido radical del término, nada o
poco tiene que ver con lo que estamos acostumbrados a ver, esta semana hemos
tenido un ejemplo de ello: la presión de la PAH y su gran labor en torno a la
ILP (Iniciativa Legislativa Popular). Estamos acostumbrados a dos tipos de
hacer política.
Por un lado, algunos piensan que hacer política es
simplemente proclamar unos principios, agitar banderas rojas. Llamaremos a
estos los solitarios profetas de la pureza revolucionaria, para los cuales los
movimientos sociales son tímidos reformistas. "El 15M no sirve porque no es
verdaderamente anticapitalista", "¿Qué es eso del 99%? De lo que hay que hablar
es de la clase obrera", "basta ya de manitas levantadas lo que hay que hacer es
quemar barricadas".
Todo esto está muy bien pero la política, como todo, se mide
por sus resultados.
Por otro lado, hay otros que piensan que hacer política es
dedicarse en cuerpo y alma a la vida interna de su partido: Congresos,
Asambleas, Reuniones, llamadas de teléfono, conspiraciones y “gin-tonics” hasta
altas horas de la madrugada. A estos segundos los llamaremos los profetas de
los pasillos, que consideran que la revolución comenzará cuando consigan
controlar los censos de su pequeña circunscripción electoral.
Pero la política, como todo, se mide por sus resultados.
¿Sabéis lo que es hacer una política radical?
Crear contradicciones en el enemigo. Y eso es precisamente lo
que ha conseguido la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, sin grandes
proclamas revolucionarias, dedicándose humildemente a militar en lugar de
preparar Congresos y negociar listas. Han conseguido que los grandes partidos
de este país les tengan miedo. Han conseguido que Soraya, la dama de hierro de
la derecha española, llore lágrimas de cocodrilo. Han conseguido que todos los
diputados del Congreso asuman que su Iniciativa Legislativa Popular se va a
tener que discutir. Y sobre todo han conseguido que una mayoría de los
ciudadanos de este país estén de acuerdo con ellos, cuando llaman
"criminales" a las entidades financieras.
Esto es hacer una política radical, los que hemos pecado de
profetas de la revolución o de los pasillos deberíamos tomar nota.
Y aunque se ha logrado una victoria social, sí
hay algo que no cambiará desde esta semana que termina. Y es que hablar de la
vivienda entendida como un negocio ha tocado a su fin. Creo que a partir de ahora
la totalidad de la sociedad entiende la vivienda como un derecho fundamental. Desterrar ese mito tártrico de “alquilar es tirar el dinero” o “la
vivienda nunca baja” son argumentaciones que no solo se han demostrado falsas,
sino que parecen ridículas cuando lo que la sociedad defiende es el derecho a
un techo para toda la sociedad. Ese refugio personal y familiar que cualquier sociedad mínimamente decente
debe garantizar para considerarse como tal sociedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario